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6 abr 2012

Lamento de un enamorado.

Corro por el pasillo, esquivo a los pequeños que como cerros se me imponen al frente de mi vista panorámica hacia los cielos. Creo haberme visto en el reflejo del agua mientras corría por los vidrios de las ventanas aquella mañana, sonó el timbre y mi carrera a la selva de mesas se me hizo agotador, si no hubiera sido por la aparición de una niña de pelo dorado y ojos verdes tal vez hubiera podido evitarme el reto de mi amo y señor durante química. Valió la pena, eso creo. No importa cuántos desprecios me dé, yo la amo y sé que tarde o temprano todo acabara sumergido en el tiempo y recuerdos.

A veces creo que estoy perdido y solo en este mundo. Te odie y ahora te amo, y si eso no es muestra de que alguien puede cambiar entonces no sé qué es, tal vez no sé que es amar y mucho menos amar a una mujer. Hace algún tiempo había de pensar en quedarme solo, a resignarme de tus labios, pero mira, aquí estoy como siempre, admirándote desde la miserable altura de mis faroles. No soy un buen hombre, querida, pero tal vez soy el mejor a quien puedas matar en tu pecho. 




-Pablo José Luis-

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