Yo sé que es lo que
quieres, lo puedo ver en tus manos temblorosas, y esa gota que se escurre en algún lado, es una cuerda que afloja
la tensión entre la otra habitación y nosotros, pero yo se que te gusta el dolor,
verte pronto palidecer con la misma idea, me dará la razón absoluta de lo perturbados que
estamos
A su enemiga la callada batalla yo la enfrento, un hombre que se visto de mujer en su mente, cuidado conmigo guiña a su dueña, dentro de este valle de las líneas muertas, sodomizador de ideas contra una pared gris de humedad, truenos de secreto, silenciador de los cuerpos
Te tengo aquí esperando una idea, las palabras esperando aflorar en tu boca para ser libres, yo sé que no puedes esperar mucho más, lo he visto en las marcas de tu vida, silenciosamente gritas con esos ojos inyectados, aquí hay ojos negros fluyendo desde tu mente, y sé que es lo que ellos quieren, la imagen se desmorona para encontrarse con alguna más extraña, yo sé que es lo que quieres sobre esa mesa de frías marcas, con una voz sutil de tantas y tantas cosas que quisieras no pensar, devuélvete si es que quieres pero sé que no lo harás, a pesar de que todo se vuelva en contra de esto, y nuevamente, y olvidadamente, y siempre así, te preguntes como has llegado a algo como esto, pero siempre son preguntas inútiles cuando cierras los ojos y disfrutas
Somos desde abajo o arriba, desde lo menos hiriente hasta lo más sesgado, desde lo más feliz hasta lo menos moral, sonríe desde arriba una figura, afuera de la habitación, una franja roja negra que parte desde la izquierda a la derecha, pareciera hasta siempre cuando gritas de dolor, la luna y el sol a la par, separados por la distancia de las estrellas como tu cuerpo del fuego, los ojos, la calidez de la valentía, la melancolía fría que se enamora, la fuerza del león y la sumisión del lado oscuro de la luna, la tierra conquistada, la conquistada, la vida y lo eterno, siempre formando una sonrisa de sangre en el infinito universo, una llave de lo eterno, lo desagradable, lo denigrante, lo llamativo
A su enemiga la callada batalla yo la enfrento, un hombre que se visto de mujer en su mente, cuidado conmigo guiña a su dueña, dentro de este valle de las líneas muertas, sodomizador de ideas contra una pared gris de humedad, truenos de secreto, silenciador de los cuerpos
Te tengo aquí esperando una idea, las palabras esperando aflorar en tu boca para ser libres, yo sé que no puedes esperar mucho más, lo he visto en las marcas de tu vida, silenciosamente gritas con esos ojos inyectados, aquí hay ojos negros fluyendo desde tu mente, y sé que es lo que ellos quieren, la imagen se desmorona para encontrarse con alguna más extraña, yo sé que es lo que quieres sobre esa mesa de frías marcas, con una voz sutil de tantas y tantas cosas que quisieras no pensar, devuélvete si es que quieres pero sé que no lo harás, a pesar de que todo se vuelva en contra de esto, y nuevamente, y olvidadamente, y siempre así, te preguntes como has llegado a algo como esto, pero siempre son preguntas inútiles cuando cierras los ojos y disfrutas
Somos desde abajo o arriba, desde lo menos hiriente hasta lo más sesgado, desde lo más feliz hasta lo menos moral, sonríe desde arriba una figura, afuera de la habitación, una franja roja negra que parte desde la izquierda a la derecha, pareciera hasta siempre cuando gritas de dolor, la luna y el sol a la par, separados por la distancia de las estrellas como tu cuerpo del fuego, los ojos, la calidez de la valentía, la melancolía fría que se enamora, la fuerza del león y la sumisión del lado oscuro de la luna, la tierra conquistada, la conquistada, la vida y lo eterno, siempre formando una sonrisa de sangre en el infinito universo, una llave de lo eterno, lo desagradable, lo denigrante, lo llamativo
-Joaquín Madariaga
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