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30 nov 2013

Un puntapié en el pecho

Tu mirada condenada me martilló los ojos,
un puntapié en el pecho ,
algunos dolores musculares,
varias nubes de imágenes inexistentes
y un insoportable dolor en el alma.

Sé que el dentro de nuestros abismos
palpita el deseo de un cruce tibio,
que gotee como lagrimas de Dios,
pero te invito a probar de mi carne poeta,
libre como un perro callejero,
eterno como el dolor y el color negro.

Risueña mujer de ojos fijos,
pintoresca, distanciada,
que tu luz nunca apague
mi sombra empobrecida.

-Pablo José Luis

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