Busqué el pasadizo que hay en mí con el apuro de alturas, como lo que creí que sería nuestro, únicamente nuestro en mi corazón, porque ya siempre he confundido los conceptos, los preceptos del océano celeste de tus ojos, y aunque lo he intentado nunca encontraré el espectro de mí, créeme
Soy una fase del olvido, del odio consumado en puños de aire, una carta en un castillo de naipes, una brisa que se lo llevó todo, la carcajada sangrienta de nerviosismo en la horca, un disparo en la penumbra, un amante furtivo entre cien o más del palacio, lujuria
Sobre el escritorio encontrarás mis saludos, mis días, mis noches, acostándome contigo sin conocernos, acostándonos en una noche sin ti, aun cuando me hablabas y tu voz cruzaba sobre mí, aun cuando el cielo eres tú y yo solo esto, acostándonos sin conocernos
Esta noche puedo sentir el movimiento telúrico de la desesperación, sin ningún lugar al que ir, mantengo la postura de despreocupado sin más, esta noche es otra noche como cualquiera, en la más remota idea que cruzó mi cabeza, en este cuarto igual que el anterior, sin distinción, sin nada más, esta noche puedo sentir el vaivén de tu amor, sin mí, esta noche puedo sentir tu danza de espadas cruzando mi corazón, sin romper las cadenas de mi desilusión en silencio, esta noche
-Joaquín Madariaga
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