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27 may 2013

El clamor, aquel día, en Roma


Cuerdas de alambres y una potencia devastadora, poder comenzar a construir un cielo, entonces comencemos a cavar y socavar el espacio muerto del pensamiento celestial, ahora cuerdas y látigos, alambras y espadas envenenadas, algo se debe corroer, negociemos, ¿tu sangre o tus sueños?, y besarás espadas cortando el aire, explosiones dimensionales productos del filo de las supernovas, y te debatirás entre el agua y el fuego de bruces buscando la fertilidad de la tierra, verás manifestaciones blancas y oscuras debatiéndose en cementerios, y cuantos espíritus hubiesen existido muestran sus caras momificadas, lloran polvo como relojes de arena alquilados por la eternidad, y sus ojos secos mostrarán el camino que ya has seguido hasta aquí, ¿lo puedes ver?

¡¿Dónde se escondió?!,  gritaran tus manos al arrastrarte camino a las pirámides, y habrás hecho lo que se debió hacer, cortando aquella garganta progenitora de homúnculos con tus propios discursos a bases de manos, un nuevo lugar, otro lugar atestado por el cual cuantos sucesos condujeron el plano de todo lo deseable, una discusión terminando en palmas contra bases de metal, devuelven las regurgitaciones como truenos cayendo sobre el mismo punto, cayendo así un hambre imparable de orquídeas negras, y sueños, y hilarán tus ojos una cuerda entre rocas de un extremo a otro, así que dame una razón para que la memoria nos recuerde, y dame un cementerio con puertas con carruajes de caballos en llamas relinchando hechizos, antorchas en calaveras como velas nupciales empezando la fiesta, miles de lanzas en los caminos y todos nos llevarán a ella, siguen caminando dormidos con capas moradas y de dulce dorado, el fantasma de Rómulo fue una anima que viajaba entre ventanas hacia el sol, como fénix condenado a vagar entre imparables aleteos del sueño, arrastrando liras desafinadas entre los restos de arena

Tu olfato envolverá con el tacto la esfinge luego de haber muerto, y recorrerás pasillos de inanimadas especies luego de cientos de años, así que dame una razón para poder conservarla, dame algo de lo que pueda alimentarme sin morir, dame un oasis digno de ser destruido por un compás que nadie puede entender



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