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9 ago 2011

Perros de la calle.

Me da curiosidad los pobres quiltros de la calle, al ver como cojean, como se ladran entre ellos e incluso se pelean por un trozo de pan o por el simple ladrido abusivo de otro quiltro. Al ver sus heridas aun abiertas y patas cojas me sorprende que aun así sientan afecto al humano, ese que los maltrata y les provoca las heridas que llevan a todos lados como una medalla de guerra, esas heridas que - sin importar las gravedad - muestran mientras andan por las calles de la ciudad. Me enternecen cuando le pones la mano en la cabeza y mueven la cola en un segundo, seguido de su cerrada de ojos demostrando que les gusta.  Yo aveces me siento así, como un quiltro, esos que solo quieren pasear y que le tiren un hueso para que juegue un rato.

Perro quiltro que debe estar en alguna calle de Chile ladrando a un paco. 

1 comentario:

  1. Lo interesante de ser quiltro, como todos, es observar y darse cuenta, de cuales son las heridas que expones.

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