Estaba tumbado en la alfombra del living mientras mi padre veía el mundial de Francia con huéspedes del hostal que manejaba mi familia, una gran casa de madera, blanca las paredes y azul el marco de las ventanas. En el patio trasero un depósito de madera, una casa de una sola pieza y mi perra Florencia correteando por el abundante pasto. En el patio delantero solamente un sauce y arbustos alrededor de la reja.
Y como vecinos teníamos a la mismísima municipalidad que siempre tenia abundantes autos afuera, yo creía que era un colegio al principio. Al frente nada mas que pasto, arboles y el tren que al pasar movía toda la casa.
Me encantaba sentarme en el pasto con mi hermana que debió haber tenido nueve años más o menos por esa época. El tren pasaba estridentemente y yo jugaba con mi papa, de vez en cuando pasábamos por las líneas del tren para llegar a un parque donde jugaba en los juegos hasta el anochecer.
En ese día mi papa estaba sufriendo con el partido de Chile vs Camerún según me cuenta, yo con mi parca roja que usaba todos los días estaba en el suelo viéndolo junto con el aunque no entendiera nada y desconociera el nombre de Marcelo Salas que tanto decía el relator en la televisión.
Salí con mi hermana a la casa de unos amigos de ella que no quedaba a mas de 7 casas hacia la derecha, era un gallinero, la casa estaba al lado de un corral de gallos y gallinas, había una bajada de tierra hacia una casa que se encontraba lejos, de color negra, tétrica, rodeada de un rio donde un perro bravo se paseaba cuidando el lugar, un puente de madera era la única conexión con la casa. No me acuerdo del nombre de mis amigos, pero como muchos que tuve…los tuve que abandonar.
Increíble…cuatro años y me acuerdo de la casa, sinceramente no se si es verdad o si lo soñé, pero lo siento cierto.
Nada mas recuerdo de esa época, mi memoria olvida cualquier fragmento. Todo se vuelve negro, no se que año es pero no me interesa, soy feliz.
-Pablo José Luis-
-Pablo José Luis-
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